Worshipping God as He wants, not as we or society wants | Adorar a Dios como Él quiere, no como nosotros o la sociedad quiere
Feb. 18, 2024
Dear Families and Friends of St. Francis Xavier Parish,
“They are lazy; that is why they are crying, ‘Let us go to offer sacrifice to our God.’ Increase the work for the men, so that they attend to it and not to deceitful words.”
This quote is not from this weekend’s readings, but from the beginning of the Book of Exodus. After having completed the “Catechism in a Year” with Fr. Mike Schmitz, I had missed out on joining him for the “Bible in a Year” he did the year before, so I’m going through it now. And this past week we were in this early part of the Old Testament book of Exodus.
Like many of you, I’ve heard this verse of Exodus many times. The Israelites were slaves in Egypt, and Moses asks Pharoah to let God’s people go to “serve” (in Hebrew, it’s the word for “worship”) God out in the wilderness. And Pharoah’s response is to make it harder on the people. But I hadn’t thought of the commentary that Fr. Mike pulled from of it.
Don’t we also live in a society (and an economy) that tells us that you shouldn’t have time to worry about God and worship? You should be working, or at sports practice, or sleeping so you can be more productive and do more things, anything but Church on Sunday.
And we’ll say, I can worship God however and wherever and whenever, because isn’t God everywhere? Yes, it’s true, and our society loves to remind us, because then we don’t think it in terms of God calling us to worship Him in a particular way, in a particular place, at a particular time. The Israelites were called to bring their livestock with them because they didn’t yet know how God was going to require them to worship Him. Because it’s not about our worshiping Him as we want. It’s about our worshiping Him as He wants. He knows how it is best for us to worship.
So let us weekly get out from the noise and priorities of the world to the consecrated place of Church, to offer Him, our God, our worship as He has called His people to do, being fed in the Word and Sacrament of the Lord in the Mass, the form of worship He gave us.
God bless you and your families,
Fr. Kelley
en español
Estimadas familias y amigos de la parroquia San Francisco Xavier,
“Son unos flojos, y por eso vienen aquí con sus gritos: ¡Déjanos salir! ¡Tenemos que sacrificar a nuestro Dios! Denles más trabajo y que no flojeen, y ya no se prestarán para estas tonterías.”
Esta cita no es de las lecturas de este fin de semana, sino del comienzo del Libro del Éxodo. Después de haber completado el “Catecismo en un año” con el P. Mike Schmitz, me había perdido la oportunidad de acompañarlo en la “Biblia en un año” que hizo el año anterior, así que la repasé ahora. Y la semana pasada estuvimos en esta primera parte del libro del Éxodo del Antiguo Testamento.
Como muchos de ustedes, he escuchado muchas veces este versículo del Éxodo. Los israelitas eran esclavos en Egipto, y Moisés le pide al Faraón que deje que el pueblo de Dios vaya a "servir" (en hebreo, es la palabra para "adorar") a Dios en el desierto. Y la respuesta del Faraón es ponérselo más difícil al pueblo. Pero no había pensado en el comentario que el P. Mike sacó de esto.
¿No vivimos también en una sociedad (y una economía) que nos dice que no deberíamos tener tiempo para preocuparnos por Dios y la adoración? Deberías estar trabajando, o practicando deportes, o durmiendo para poder ser más productivo y hacer más cosas, cualquier cosa menos la Iglesia el domingo.
Y diremos: puedo adorar a Dios como sea, donde sea y cuando sea, porque ¿no está Dios en todas partes? Sí, es verdad, y a nuestra sociedad le encanta recordárnoslo, porque entonces no lo pensamos en términos de que Dios nos llama a adorarlo de una manera particular, en un lugar particular, en un momento particular. Los israelitas fueron llamados a traer su ganado con ellos porque todavía no sabían cómo Dios iba a exigirles que lo adoraran. Porque no se trata de que lo adoremos como queremos. Se trata de que lo adoremos como Él quiere. Él sabe cómo es mejor para nosotros adorarlo.
Así que salgamos semanalmente del ruido y prioridades del mundo al lugar consagrado de la Iglesia, para ofrecerle a Él, nuestro Dios, nuestra adoración como Él ha llamado a hacer a Su pueblo, siendo alimentados en la Palabra y Sacramento del Señor en la Misa, la forma de adoración que Él nos dio.
Dios les bendiga a ustedes y a sus familias,
Padre Kelley